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Manos sagradas y a Cuartos de Final
Anoche, Boca empató 2 a 2 contra Lanús en Mar del Plata. Dos veces levantó el resultado gracias a Carlos Tevez y en los penales aparecieron las manos sagradas de Guille Sara.
Las manos sagradas de Sara.
Cargado venía el encuentro de los Octavos de Final de la Copa Argentina ya desde la previa. Todo empezó con el reclamo del Xeneize con los horarios de la fecha pasada del campeonato. Y como si fuera poco, en los vestuarios antes del partido, los utileros se pelearon feo por ver a quien le tocaba el vestuario local.
Los jugadores mostraron todo ese picante en la cancha. Cuando los mismos se daban la mano, se pudo ver a Tevez diciéndole a Lautaro Acosta que dejara de hablar en la semana y acordándose de la hermana del jugador.
Así arrancó el partido en el que Lanús arrancó mejor y casi con un gol desde el vestuario. Apenas a los tres minutos, tiro libre de Maximiliano Velázquez que agarró dormida a la defensa de Boca y tras un desvío, Román Martínez apareció solo para poner el 1 a 0.
Al Xeneize le costó la primera parte. Apenas si pudo insinuar porque el Grana manejó la pelota y el equipo de Guillermo corría al ritmo que quería el rival. Igualmente, el conjunto del sur de la provincia solo inquietó en la pelota parada.
Después de un primer tiempo en el cual Tevez estuvo dormido, en el entretiempo le tocaron las fibras y salió con todo al complemento. A los cuatro empató el partido con un tiro que se desvió en la medialuna del área. Gol y destejo enérgico para el 10.
Apenas 10 minutos duró la alegría porque el Grana volvió a ponerse en ventaja y otra vez con un tiro libre. Distintos interpretes y misma formula, centro esta vez de Silva y por detrás apareció Braghieri para firmar el 2 a 1.
Pero Boca no aflojó sabiendo que es la chance de pelear el último título y único pasaje a la Copa Libertadores. En cinco minutos, otra vez Carlitos puso el 2 a 2. Esta vez con un gol de 9, aprovechando el rebote tras una atajada de Monetti por un tiro de Benedetto. Punta y adentro.
Para el final quedó la gran chance del rival que comenzó a agrandar a Sara. El arquero de Boca le ahogó el grito de la victoria a Miguel Almirón y todo terminó en penales.
Una bandera colgada predijo todo: «Sara, hoy te convertís en Abbondanzieri», y así fue. Las manos sagradas del arquero aparecieron para tapar dos penas máximas (Pasquini y Braghieri) y casi saca otro (a Marcone). El Xeneize metió los cuatro (Tevez, Pavón, Benedetto y Vergini) y así pasó a los cuartos de final. El que espera es Rosario Central, pero a no apurarse porque el fin de semana hay que visitar a Tigre.